Cuando veo un cuadro, un lienzo, me fijo en los colores, en las formas, valoro si me gusta o no por lo que mis ojos ven, no se profundizar en los secretos que encierra ni valorar si es bueno, mediocre o simplemente una copia. A izquierda y derecha de donde esta la mesa desde la que escribo tengo dos pinturas y un tercer cuadro, una lamina.
El cuadro situado a mi izquierda muestra la imagen de un grupo de músicos deformes tocando instrumentos deformes, (es una copia y no se quien es el autor original del la pintura) Jose Roig, “el roig” (el rojo) solía decir que cuado estaba en el vientre de su madre ya tenia unos pinceles en su mano y pinto el primer cuadro para ella. Un día apareció con el lienzo en la mano y me dijo…toma, si no te gusta lo tiras…el roig es una de esas personas que dejan un gran vacio cuando desaparecen. Su última obra… la paloma de la paz de Alberti… un mural en una de las calles del pueblo como protesta por la guerra de Irak.
El situado a mi derecha es obra Lucia, una pintora argentina ubicada en el pueblo, representa a una niña guaraní, el fondo del cuadro es negro y tiene incrustaciones de pan de oro.
Desde hace muchos años y recorriendo traslados de domicilios y paredes se encuentra ahora presidiendo este lugar en el que me siento cada día para dejar pasar las horas haciendo o sin hacer nada… “Novecento” una manifestación de obreros a principios del siglo pasado, una amiga me decía… ¡Amparo! ¿Cómo puedes tener ese cuadro?¡es triste!…la unión de tanta gente luchadora no me parece triste, triste es luchar en solitario.
A mi espalda una librería, en ella guardo algunos libros a los que les tengo especial cariño, solía frecuentar allá por los años sesenta los puestos de libros usados en la singular Plaza Redonda de Valencia, están desvencijados y con ese olor especial que despide el papel viejo… Bécquer, Hernández, Machado, Lorca… los escritores rusos llamaban la atención de los espíritus inquietos en aquellos tiempos, “Así se templo el acero” de Nikolai Ostrogoski, “La Madre” de Maximo Gorki “Cuadernos de la prisión” y “Pasado y presente” del italiano Antonio Gramci del que este párrafo me hizo creer que nunca seria una bellota…
..toda “bellota” puede pensar en convertirse en encina. Si las bellotas tuvieran una ideología, sería precisamente la de sentirse “grávidas” de encina. Pero en la realidad, el 999 por mil de las bellotas sirven de pasto a los chanchos y a lo sumo, contribuyen a elaborar salchichas y mortadela.
He coleccionado en mi vida una larga lista de amores, en mi baúl de recuerdos conservo… los de mi infancia, los mas inmensos, los frustrados, los auténticos, los que duelen y los que me dejaron ese sabor de añoranza.
Estas son parte de las pequeñas colecciones de mi vida.
El cuadro situado a mi izquierda muestra la imagen de un grupo de músicos deformes tocando instrumentos deformes, (es una copia y no se quien es el autor original del la pintura) Jose Roig, “el roig” (el rojo) solía decir que cuado estaba en el vientre de su madre ya tenia unos pinceles en su mano y pinto el primer cuadro para ella. Un día apareció con el lienzo en la mano y me dijo…toma, si no te gusta lo tiras…el roig es una de esas personas que dejan un gran vacio cuando desaparecen. Su última obra… la paloma de la paz de Alberti… un mural en una de las calles del pueblo como protesta por la guerra de Irak.
El situado a mi derecha es obra Lucia, una pintora argentina ubicada en el pueblo, representa a una niña guaraní, el fondo del cuadro es negro y tiene incrustaciones de pan de oro.
Desde hace muchos años y recorriendo traslados de domicilios y paredes se encuentra ahora presidiendo este lugar en el que me siento cada día para dejar pasar las horas haciendo o sin hacer nada… “Novecento” una manifestación de obreros a principios del siglo pasado, una amiga me decía… ¡Amparo! ¿Cómo puedes tener ese cuadro?¡es triste!…la unión de tanta gente luchadora no me parece triste, triste es luchar en solitario.
A mi espalda una librería, en ella guardo algunos libros a los que les tengo especial cariño, solía frecuentar allá por los años sesenta los puestos de libros usados en la singular Plaza Redonda de Valencia, están desvencijados y con ese olor especial que despide el papel viejo… Bécquer, Hernández, Machado, Lorca… los escritores rusos llamaban la atención de los espíritus inquietos en aquellos tiempos, “Así se templo el acero” de Nikolai Ostrogoski, “La Madre” de Maximo Gorki “Cuadernos de la prisión” y “Pasado y presente” del italiano Antonio Gramci del que este párrafo me hizo creer que nunca seria una bellota…
..toda “bellota” puede pensar en convertirse en encina. Si las bellotas tuvieran una ideología, sería precisamente la de sentirse “grávidas” de encina. Pero en la realidad, el 999 por mil de las bellotas sirven de pasto a los chanchos y a lo sumo, contribuyen a elaborar salchichas y mortadela.
He coleccionado en mi vida una larga lista de amores, en mi baúl de recuerdos conservo… los de mi infancia, los mas inmensos, los frustrados, los auténticos, los que duelen y los que me dejaron ese sabor de añoranza.
Estas son parte de las pequeñas colecciones de mi vida.
3 comentarios:
y al final te quedaste con el bellotero....
Conservar cosas y recuerdos...eso está bien...a lo mejor la vida nos deja sólo retazos de pequeñas alegrias y un sinfin de dolorosas ausencias y perdidas...pero todo se guarda en el baúl de la vida...un beso
Se ve que eres persona sencilla y densa. Te conformas con poco pero escogido.
Dos pinturas y una lámina que te hablen al corazón no es poco.
Una librería con pocos libros y su cariño también es mucho.
Y, sobre todo, un baúl con una larga lista de recuerdos es imprescindible. Gracias a ellos estoy seguro de que lo hoy te parece triste a lo mejor mañana te resulta mucho más alegre.
Me alegra mucho que vuelvas a escribir. Ya sabes que yo ando siempre por aquí
Muchos besos.
Publicar un comentario