Por mi cumpleaños mi compañera Nuria me regaló un libro,
“Bruixes” de Mercè Foradada.
A pesar de la dificultad que me supone leer en català, me
está resultando ameno.
Pensaba hace un rato en el significado de la palabra
“bruja”. Según el diccionario de la Real Academia una bruja es:
”Mujer que, según la opinión vulgar, tiene pacto con el diablo y,
por ello, poderes extraordinarios”
A
lo largo de mi vida he conocido muchas brujas, el pacto no lo tenían con el
diablo, lo tenían con ellas mismas, pero sí, eran y son extraordinarias. Creo
que la primera bruja que conocí fue mi abuela. Mi abuela no tenia verruga en la
nariz y las pócimas que hacía eran sencillos platos que resultaban exquisitos,
como esa famosa receta de conejo en escabeche que he heredado, la recuerdo con
la escoba barriendo el patio donde jugaba a la sombra de la parra, pero no
volando sobre ella.
Ha
sido leyendo este libro que he descubierto las grandes raíces de brujas que
existen en mi familia, han pasado de generación en generación y espero que la
saga continúe durante miles de años.
En
mi entorno, entre mis amistades también he tenido el privilegio de tropezar con
ellas y de cada una de ellas aprendes y compartes. Las brujas tendrían que
estar reconocidas como bien de la humanidad ya que se entregan a causas
injustas sin que las guíe ningún deseo de poder o de gloria.
Las
brujas no son seres amargados que viven en las tinieblas, se mueven entre las
brumas de una sociedad injusta y comparten el don de la camarería esforzándose
por conseguir una sociedad más justa donde los tiranos, usureros y ladrones no
tengan sitio
Ayer
mismo, mientras paseaba por la playa tropecé con una, nos sentamos en la arena
y valiéndonos de pócimas modernas (Whatsapp) contactamos con una tercera, fue
divertido, muy divertido hacer conjuros plagados de risas desenfadadas.
Las
brujas siempre están cuando las necesitas, solamente con dar una ojeada a tu
alrededor encontrarás una.
1 comentarios:
Un gran abrazo brujita, de otra bruja.
Pilar
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